Recurren a paneles solares en plantaciones destruidas en Siria

Grandes paneles solares sobresalen de los campos de tomates y calabazas controlados por los rebeldes en el noroeste de Siria, donde la destrucción de la infraestructura después de una década de conflicto ha llevado a muchos a cambiarse a la energía renovable.

“Así es como nos decidimos por la energía solar”, agregó.

Más de tres millones de personas viven en la región de Idlib, en el noroeste de Siria, en su mayoría controlada por las fuerzas yihadistas y otros rebeldes.

Al menos el 90 por ciento de Siria no tiene electricidad estable, según el Programa de Desarrollo de la ONU.

En las zonas rebeldes, hay pocas esperanzas de recibir electricidad estatal, por lo que las placas de silicona se han vuelto comunes en los techos, hospitales o entre tiendas de campaña en grandes campamentos de desplazados internos.

Anteriormente, pequeños generadores diésel suministraban electricidad a muchos hogares. Pero con la escasez de combustible y el aumento de los precios, los paneles solares se han convertido en una alternativa más económica, eficiente y confiable.

En la finca de Mustafa, los paneles solares se asientan sobre placas de metal que giran para seguir el movimiento del sol.

Son parte de 200 tableros que fueron comprados hace dos años por una cooperativa de unos 20 agricultores, por unos cuatro mil dólares.

La energía solar es suministrada por bombas de agua que permiten el riego de tres hectáreas de tierra cooperativa y campos vecinos.

ALTERNATIVA VÁLIDA

La producción de electricidad en Siria se redujo a la mitad durante el conflicto, pero a medida que disminuyeron los combates, la energía renovable ha ido cobrando fuerza, según la ONU.

En áreas controladas por el régimen, los paneles solares suministran electricidad a hogares e instituciones públicas, como universidades.

En las áreas controladas por los rebeldes, una estimación mostró que el ocho por ciento de los aldeanos usa energía solar como fuente principal de electricidad para sus hogares.

También se ha constatado que una décima parte de las personas utiliza la energía solar para calentar agua, y un tercio la utiliza como fuente secundaria de electricidad para iluminación y carga de baterías.

En Dani, una ciudad controlada por los rebeldes, los techos están cubiertos con paneles solares.

Un proyecto agrícola puede requerir de 100 a 500 tableros, según el comerciante.

ENERGÍA PARA HOSPITALES

Los hospitales también tienen paneles solares.

En 2017, la Unión de Organizaciones de Ayuda y Asistencia Médica (UOSSM) lanzó la iniciativa “Solar Siria” para equipar hospitales en Idlib con energía renovable.

Desde entonces ha montado 480 paneles en el hospital general y otros 300 en el centro ortopédico.